Friday, July 16, 2010

BLOG, UNA ESPAÑOLA EN DINAMARCA

JUL 2009

Cosas españolas que echo de menos en Dinamarca

Anita hace tiempo me sugirió que hablara de las cosas que echo de menos de España siendo una española que vive en el extranjero, así que voy a hacer una pequeña lista:

Ante todo y sobre todo a mis amigos y gente que quiero, ya que muchos de ellos viven allí y les veo pocas veces por eso mismo.

El cielo azul con pequeñas nubes blancas en lugar de un cielo compacto gris en el que no se distinguen las formas de las nubes.

Las terrazas de verano, poder tomarme algo en manga corta a las 11 de la noche.

Un servicio de transporte público no muy caro y eficaz que te lleve a toda la ciudad en cuestión de minutos.

La variedad de paisajes, poder ir a la montaña y a la playa, al desierto y al bosque, todo en un mismo país.

Que la gente me salude al entrar en un lugar.

Que en todos los barrios hay tiendas pequeñas por las calles, cafeterías, etc. y no solo en las calles principales de la ciudad.
La posibilidad de tener un seguro médico no muy caro y poder ir a un médico decente.

Los restaurantes chinos de verdad (no los de cada esquina) con una comida china excelente por poco dinero.

La posibilidad de salir por las noches por barrios llenos de locales y gente, la vida nocturna sin tener que ser necesariamente de discoteca.

Mi ambiente LGBT en Chueca mucho más abierto que en Dinamarca.

Las pescaderías con hielo y una variedad que ya quisieran en cualquier país del norte de Europa.

Que la fruta se compra por kilos y no por unidades.

Los helados de turrón, los churros, la horchata natural, el tinto de verano, las patatas fritas de verdad y no congeladas hechas con aceite bueno, la morcilla, el cordero, los quesos de calidad...

Los hipermercados de tamaño descomunal con secciones enormes.

Las tapas gratuitas cuando te pides una bebida.

Las grandes librerías.

Los paseos marítimos de las ciudades de costa.

Las heladerías maravillosas con terrazas para disfrutar del verano en las ciudades costeras.

Los ascensores en las casas.

La comodidad de no sentirme discriminada por mi acento o mi aspecto.

Las galletas en el desayuno.

Que la gente no piensa que para divertirse hay que emborracharse.

La variedad de comida sana y no solo grasa.

Y claro que me dejo cosas, pero así de buenas esto es lo primero que se me ocurre.

Cosas danesas que echo de menos en España

Haciendo la entrada anterior pensé que también tenía que escribir la entrada opuesta, es decir, la de las cosas que echo de menos cuando estoy en España del país en el que tengo mi hogar, Dinamarca. Para todos aquellos que creen que no me gusta Dinamarca, aquí va esta lista:

La tranquilidad y seguridad general que se siente en cualquier sitio.


La temperatura mucho más agradable en verano que la que hay en España.

El fácil acceso a la naturaleza. Incluso en el centro de la ciudad la sensación es mucho mayor de estar en la naturaleza. Y en cuanto sales de la ciudad es mucho más rápido encontrarte en un sitio "salvaje" y "natural".

Los bosques llenos de musgo, laguitos, ciervos...

La cantidad de vida animal que puedes ver hasta dentro de la ciudad: aves muy diversas (garzas, cuervos, urracas, mirlos, gansos, cisnes, ánades reales, gaviotas, palomas torcaces, fochas, porrones moñudos, herrerillos, petirrojos, carboneros, gorriones, golondrinas, faisanes, etc.), ardillas, zorros, conejos, ciervos, corzos, ovejas, vacas, caballos, ranas... Eso sí, cerdos no se ve ni uno.

Los animales domésticos tan peludos que tienen aquí: caballos, toros, etc.

Las playas un poco salvajes con dunas de arena y matas.

Los preciosos parques y zonas verdes por toda la ciudad.

Los patios interiores de las casas, esos oasis verdes de tranquilidad.

Los restaurantes étnicos de inmigrantes en los que se puede comer excelente comida tailandesa, paquistaní, turca, irakí... por poco dinero.

Los sitios de comida rápida turcos y árabes.

La cultura de comer de forma informal sandwiches en cafés.

Los primeros días de primavera cuando por fin sale el sol y las calles se llenan de gente.

Los días muy fríos en los que todo está cubierto de escarcha y el cielo está azul.

Las nevadas de impresión.

Lo pintorescas que son muchas de las casas y calles.

La de actividades gratuitas que hay en las calles en verano (festival de jazz, artistas callejeros, festivales de distintos países, cine de verano, etc.).

Las enormes bibliotecas en las que se pueden tomar prestados todos los libros que quieras por un mes, además de DVDs, música, etc.

La zona del mar entre Copenhague y Amager a unos pasos del centro de la ciudad.

La ligereza con la que los daneses se desnudan en cualquier sitio.

La independencia de los jóvenes respecto a sus familias.

La vida universitaria mucho menos competitiva.

La vida laboral más gratificante si eres de los muchos que de verdad tiene un trabajo dentro de sus sueños.

La forma menos agobiada de tomarse la vida y no preocuparse tanto por el currículum.

Los arenques, los bollos daneses, la leche fresca, el salmón, el pato navideño...

El agua caliente sin tener que encender un calentador.

Las visitas en las casas de los amigos no necesariamente tener que salir a un sitio.

La cantidad de clases raras de cualquier tipo de ocio que uno tenga.

La cantidad de asociaciones diferentes para gente de los intereses más diversos.

El fácil acceso a las cosas en versión original, sea el idioma que sea.

La variedad musical disponible en estilos.

Los viajes baratos a los sitios de playa en plan chárter también a destinos exóticos como Tailandia, Cabo Verde, etc.

Que la ciudad entera está llena de flores en primavera y por todas partes se nota el perfume.

El olor a canela al pasar delante de las pastelerías temprano por la mañana.

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